sábado, 21 de abril de 2018

El teatro experimental.


     El teatro experimental conecta con la tradición vanguardista teatral que consideraba el teatro como un espectáculo donde el texto literario es solo un ingrediente más y no necesariamente el elemento central de la representación. Temáticamente, es habitual la denuncia social y política y también la falta de libertad y opresión, la injusticia, la alienación y la sociedad de consumo.

Los dos autores fundamentales son:

• Fernando Arrabal: desarrolló parte de su obra en Francia, donde fundó en 1962 el Movimiento Pánico, junto a los artistas Jodorowsky y Roland Topor. En las obras de su teatro pánico se acentúan características ya presentes en sus dramas anteriores (Pic-nic, El cementerio de automóviles): se trata de un teatro provocador, que aspira a escandalizar al espectador por medio de la violencia, el sexo o la locura; es de carácter alegórico y simbólico; los diálogos, poéticos o incoherentes, se apartan de la lengua cotidiana. A finales  de los sesenta, el teatro pánico se transforma en Pánico-Revolucionario en obras como El jardín de las delicias (1967).

• Francisco Nieva: de su amplia trayectoria teatral, destacan aquellas que el autor agrupa bajo la denominación de teatro furioso. El tema central de su obra es la crítica a la España tradicional, marcada por la religiosidad y la represión sexual. El lenguaje dramático se caracteriza por el erotismo y la desinhibición, y le incorpora elementos del carnaval, el esperpento o el surrealismo. Destaca la obra Pelo de tormenta.
                   

                                                
          Francisco Nieva. (Foto: EFE)               
       




Paula Castejón Sánchez.

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