domingo, 5 de noviembre de 2017

LOS MODERNOS.

“Alma”, Manuel Machacado

Este poemario tiene una gran influencia del modernismo, y en especial, de Rubén Darío.
El libro comienza con un tono un poco angustioso. Nos invita a ver su universo más íntimo plagado de tristeza y afectividad.
Basta con leer el primer poema del libro para ver lo desalentado y afligido que se sentía.

Mi voluntad se ha muerto una noche de luna
en el que era muy hermoso no pensar ni querer…
Mi ideal es tenderme sin ilusión ninguna…
De cuando en cuando un beso y un nombre de mujer.  

Sin embargo, conforme vamos pasando las páginas, Manuel Machado empieza a mostrar un mayor interés por lo extremo, por aquellas cosas con las que se siente más identificado. A partir de ese momento el poeta empieza a fijarse en la belleza que lo rodea, aunque sin dejar atrás su parte pesimista, prestando atención a la soledad de los seres y paisajes. Un ejemplo sería este poema dedicado al cuadro de Velázquez con la figura del monarca:

Es pálida su tez como la tarde,
cansado el oro de su pelo undoso,
y de sus ojos, el azul, cobarde.
Sobre su augusto pecho generoso,
ni joyeles perturban ni cadenas
el negro terciopelo silencioso.


Valle-Inclán

Sobre su poesía podemos decir que agrupó sus tres libros en uno, llamado “Claves líricas”. 
  • Aromas de leyenda”, plagado de sensualismo y melancolía. Además, Valle aún mantiene vínculos con su Galicia natal <<pobre abuela olvidada y mendiga>>.
  • Con “El pasajero”, su estilo modernista se perfecciona. Desarrolla temas de gran repercusión: la muerte, el dolor, la vida, la pasión, la eternidad…
  • En “La pipa de kif” se conoce a un Valle-Inclán más innovador y rupturista.
En cuanto a sus obras narrativas destacan “Femeninas” y “Epitalamio”, historias de amor sentimentales y sensuales que recuerdan episodios amatorios de la historia de la literatura en los que se ensalza el erotismo de lo «femenino» en su sentido más amplio.
Respecto al género teatral destacó su obra “La marquesa Rosalinda”.

Joan Maragall

En sus obras desarrolla la doctrina de la «palabra viva» mediante la que rechaza las palabras vanas con la fuerza espontánea de la sinceridad, lejos de la retórica. Su obra más destacable fue,” L’oda infinita”, que consiste en una alabanza por la vida humana y la vida eterna que, atendiendo a sus creencias, perduran, por lo que son "infinitas".
  
Salvador Rueda

Su fuente de inspiración provenía de la naturaleza. En sus composiciones buscó la armonía, basada en la melodía y el ritmo. La estructura de sus poemas está compuesta por un lirismo vital con una rima y una métrica que nos mantiene despiertos. Estas características se pueden apreciar en el siguiente poema llamado “Novia de la tierra”:

Mirarte solo en mi ansiedad espero,
solo a mirarte en mi ansiedad aspiro,
y más me muero cuanto más te miro,
y más te miro cuanto más me muero.

El tiempo, pasa por demás ligero,
lloro su raudo, turbulento giro,
y más te quiero cuanto más suspiro,
y más suspiro cuanto más te quiero.

Deja a tu talle encadenar mi brazo,
y, al blando son con que nos brinda el remo,
la mar surquemos en estrecho lazo.

Ni temo al viento ni a las ondas temo,
que más me quemo cuanto más te abrazo,
y más te abrazo cuanto más me quemo.

Francisco Villaespesa

Tras algún tímido intento narrativo (Los suaves milagros), Francisco Villaespesa se inició como autor dramático con “El alcázar de las perlas”.
Lo más destacable de su producción, sin embargo, es la poesía. Sus versos, ricos en imágenes y metáforas, tuvieron una excelente acogida por parte de la crítica, que lo saludó como "el poeta de los nuevos tiempos". Villaespesa publicó los poemarios “La musa enferma” y “El jardín de las quimeras”.

Juan Ramón Jiménez

La etapa sensitiva fue la que tuvo una mayor influencia del modernismo. Predomina en su poesía el amor, la melancolía, los recuerdos, la sensualidad y la muerte, pero todos ellos vistos como un desafío. Un ejemplo de esta etapa es su obra en prosa, “Platero y yo”, donde el autor nos comunica sus vivencias y sus estados de ánimo. Supone una visión del hombre en contacto y armonía con la naturaleza que le rodea.

“Y el alma, Platero, se siente reina verdadera de lo que posee por virtud de su sentimiento, del cuerpo grande y sano de la naturaleza que, respetado, da a quién lo merece el espectáculo sumiso de su hermosura resplandeciente y eterna.”


Antonio Machado y José Martínez Ruiz, Azorín

Estos autores no pertenecen al modernismo sino a la famosa generación del 98. No obstante, presentan en sus obras características propias del modernismo. Rechazan el mundo burgués y materialista lo que les lleva a valorar el "arte por el "arte”. Como consecuencia se crea un lenguaje refinado y exótico, repleto de adjetivos sugerentes y figuras literarias (metáforas, comparaciones…).


Paula Castejón Sánchez.

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